La técnica del pastel seco.
El pastel es una técnica pictórica con más de cinco siglos de existencia…. aunque hay quien afirma que lo que empleaban los artistas de Altamira o Lascaux era algo parecido a nuestros pasteles.
Utilizado en sus comienzos como material auxiliar para colorear dibujos, pronto adquirió valor por si mismo y se desarrolló como técnica pictórica independiente y con un gran auge en algunos momentos y países (pensemos en el siglo XVIII francés, en el que la pintura al pastel era tan apreciada como el óleo o incluso preferida para hacer retratos). Durante esos cinco siglos numerosos pintores han elegido el pastel como técnica para desarrollar su arte, a veces en exclusiva, otras junto con las otras técnicas.
Es una las técnicas más puras en cuanto a que se utilizan los pigmentos prácticamente sin medios aglutinantes, por lo que la permanencia de los colores no está afectada por los diluyentes y aglutinantes. Como inconveniente principal, está la resistencia mecánica al frotamiento que es prácticamente nula.
El pastel se hace mezclando el pigmento finamente molido con pequeñas cantidades de goma de tragacanto y creta precipitada, esto se amasa o inyecta para conseguir pequeños cilindros. (Cuadrados en los pasteles duros)
Los pasteles para artistas se suelen vender en tres grados de dureza: blando, medio y duro. El más utilizado es el blando, dejando las otras durezas para efectos o superficies especiales. Existen pasteles de calidad escolar que no sirven para trabajos serios a causa de su pigmento poco concentrado y de permanencia dudosa. Por otro lado, los pasteles de calidad “artista” tienen una gama de colores muy extensa con unas nueve gradaciones por color (un ejemplo de ello es Rembrandt Soft Pastel).
PAPELES QUE SE USAN EN LA TÉCNICA DEL PASTEL
Teniendo en cuenta que la materia del pastel se queda colgada sobre el soporte, los papeles tienen que tener unas cualidades de rugosidad y calidad similares a los usados en acuarela o carboncillo, con la particularidad de que la mayoría de la veces se usan papeles coloreados como base del dibujo, en las tiendas de bellas artes podrán ser aconsejados por una gran variedad de calidades para el uso del pastel.
Casi podemos decir que pastel es sinónimo de pigmento. Sin pigmento no hay color. El pigmento es lo que da color a cualquier material con el que podamos pintar. Pues bien, de todas las técnicas, la que contiene mayor cantidad de pigmento es el pastel. Por eso el pastel cautiva desde el primer momento por la vivacidad de su color.
El principal de los falsos mitos sobre el pastel: que es poco resistente frente a la luz. Toda pintura sufre el efecto de la luz directa. Eso es una realidad: todo pigmento tiene una resistencia limitada a por exposición a la luz solar. Aceptada esa premisa, apliquemos la lógica: la mayor resistencia a la luz la tiene aquel material que contiene mayor proporción de pigmento: el pastel.
Por otro lado el pastel carece casi por completo de las sustancias orgánicas (aceites) que se utilizan en el óleo para hacer de aglutinante. Esas sustancias orgánicas, por razón de su naturaleza química, sufren procesos de oxidación que con el paso de los años ennegrecen y alteran el aspecto de las pinturas. Una pintura al pastel, por estar libre de esos procesos de ennegrecimiento, se conserva con su aspecto fresco e inalterable cien, doscientos, trescientos años después de ser pintada…
Una condición: El pastel debe ser protegido por un cristal. Como la acuarela, el dibujo, el grabado… en general cualquier obra cuyo soporte sea el papel o cartón. Eso no es a la larga ninguna desventaja, todo lo contrario: evita la acumulación del polvo y de la suciedad ambiente.
Hay pasteles secos en una gama de dureza que va desde algunos pasteles extremadamente blandos hasta las barras de pastel duro. Incluso se comercializan pasteles en polvo. Cada uno tiene sus cualidades y sus posibilidades: unos son más cubrientes, permiten extraordinariamente la mezcla o difuminado con la mano o con ayuda de algún material, otros por su mayor dureza permiten trazar mejor líneas, contornos. Hay también lápices pastel.
En cuanto a los soportes, aunque se suele aplicar sobre papeles especialmente preparados, en realidad cualquier superficie que tenga la suficiente consistencia y un determinado nivel de rugosidad puede ser utilizado para pintar (madera, tela, cartones, superficies preparadas con diversas imprimaciones…).
Precisamente es la combinación entre las distintas texturas de los soportes con las cualidades de cada tipo de pastel lo que otorga a la pintura al pastel seco una infinita variedad de posibilidades expresivas.